Federación de Hermandades y Cofradías

De la Semana Santa de Tobarra

Historia de la Federación

Tradicionalmente se ha asociado la instauración de la Semana Santa con la visita que el dominico Vicente Ferrer (elevado a los altares) giró a los pueblos de nuestro entorno, incluido Tobarra, en 1411.

Documentalmente sí podemos situar actividad semanasantera en Tobarra al menos desde finales del Siglo XVI. Y con mucha más claridad la descubrimos en el Siglo XVII.

En 1597 y 1631 ya existen en Tobarra la Cofradía de la Sangre de Cristo y la imagen del Santo Sepulcro, respectivamente. Los fieles de la villa les ofrecen misas y limosnas.

Los cofrades de la Sangre de Cristo entran en un litigio que acaba con la separación y fundación de la nueva cofradía de Jesús Nazareno en 1663‑1664.

Hacia 1690 la celebración pasional fuera del templo se limita a la procesión o Vía Crucis de Viernes Santo. Ya entonces hay un Calvario.

Los padres franciscanos, instalados en su convento de San José desde 1620, impulsan la Semana Santa hasta que lo abandonan, por la desamortización, en 1836.

El 30 de marzo de 1738 un comisionado de la Cofradía de la Sangre de Cristo presenta reclamación ante el Vicario General del Obispado por ser ellos los que tienen permiso para organizar la procesión en la madrugada del Viernes Santo.

En 1770, el Ayuntamiento de Tobarra da respuesta al cuestionario que por orden del Exmo. Sr. Conde de Aranda se manda a los pueblos del antiguo Reino de Murcia, “dando relación de las cofradías, hermandades y congregaciones, que en esta Villa se hallan establecidas…”. En relación con la Semana Santa, son la Cofradía de la Sangre de Cristo y la Cofradía de Jesús Nazareno. Se habla ya de la celebración de tres procesiones: supuestamente, la de Miércoles Santo y las dos de Viernes Santo.

La primera regulación o intervención del estamento público comunal que conocemos es la que hace el Ayuntamiento de Tobarra a través de las Ordenanzas Municipales de 1841, dedicándole el primer Capítulo.

El escultor murciano Roque López reseña en su catálogo de 1804 un Paso del Prendimiento para Tobarra. El Santo Sepulcro funda su hermandad en 1883, aunque la imagen ya se mencionaba en 1631. En 1898 se reorganiza la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Sociedad de Armados.

Son las hermandades las que, con su hegemonía, ejercen labores de organización en estos siglos impregnados de religiosidad, respeto y culto engrandecido.

Las Ordenanzas Municipales de 1905 son mucho más explícitas y dedican los11 Artículos del Capítulo Primero, del Título III, a las Fiestas Religiosas, en especial a las normas, horarios y costumbres por las que han de regirse las Procesiones y el Tambor.

La avenencia entre la autoridad municipal y eclesiástica mandaba en la Semana Santa tobarreña recién estrenado el nuevo siglo.

En los años veinte encontramos el primer atisbo de organización; propio, interno: la puja: “El Domingo de Ramos tienen todas [las hermandades] una reunión donde ultiman toda clase de detalles relativos a las procesiones, acordándose el orden de las mismas y pujando los respectivos Pasos quienes demuestran más interés en llevarlos”.

El peso de la organización aún es de las hermandades. Y no hay ninguna figura organizativa ad hoc que dirija o a quien consultar en caso de duda o conflicto.

Una situación que debe de prolongarse en los años treinta pero que acaba con los episodios tristemente conocidos de 1936.

Tras el paréntesis de la Guerra Civil, en 1940 se crea la Junta Pro-Reconstrucción de templos e imágenes.

Sin embargo, la misión de esta Junta ‑como así se señala‑ es reconstruir, recuperar, más que organizar.

En los primeros años de la posguerra, tímidamente se va recuperando la imaginería perdida merced a la incorporación de nuevos Pasos que se encargan a imagen y semejanza de los destruidos: Santa Cruz, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Jesús del Paso del Prendimiento…

El Ayuntamiento se suma a la acción personal de los escasos mecenas o de las incipientes hermandades.

Así, el 18 de marzo de 1943, “se estima de urgencia la adquisición de las imágenes indispensables para la celebración de todos los actos de dichas fiestas (Semana Santa), en la forma acostumbrada y sin escatimar, para ello, medio alguno al alcance de este Ayuntamiento”.

El nuevo Alcalde desde el 9 de abril de 1943 “dará ese impulso preciso, correspondiendo a la cada vez más creciente necesidad de reorganizar la Semana Santa». Y descargará en una persona, ajena a la Corporación Municipal, todo el peso organizativo de la misma, aunque siempre con el apoyo y el respaldo institucional del Ayuntamiento.

Ante la ausencia de un ente coordinador adecuado ‑tampoco lo había antes‑ tiene que ser el propio Ayuntamiento quien asuma, legal y moralmente, la doble misión de recomponer (traer imágenes, construir tronos, ayudar a hermandades…) y organizar.

El Ayuntamiento, sus Alcaldes, sus Concejales, han de poner en marcha la Semana Santa que el pueblo va demandando, cada vez con más fuerza e ilusión. En lo económico, se llega hasta donde se puede; el límite lo marca el escuálido presupuesto municipal. Menos mal que la imaginación da un paso más.

Pero, ¿quién se hará cargo de coordinar esfuerzos, ideas, proyectos; de disponer los medios para que todo salga lo más decente posible?

El hombre que recibe el encargo queda respaldado y legitimado por el Ayuntamiento de Tobarra, quien, al delegar en él, instituye la figura de la Asociación de Cofradías para dar cuerpo formal a sus funciones como coordinador, gestor o cabeza visible de la organización de la Semana Santa.

Lo cierto es que esta persona es en sí casi toda la Junta Directiva de esa nominada Asociación, porque nunca hubo otra composición, otros cargos, otras funciones distintas de la suya. Él asumió, pues, personalmente todo el peso de la trama organizativa con escasas ayudas directas.

El nuevo Alcalde en 1950 ratifica en su cargo al frente de la Asociación de Cofradías a este héroe tobarreño (así debemos considerarlo).

En 1949 aparecen las normas impresas ‑¿por primera vez?‑ editadas por la Asociación de Cofradías de S.S. de Tobarra y dirigidas por el Presidente «siguiendo instrucciones de las Autoridades correspondientes…»

Ya aparece en diversa documentación la Asociación de Cofradías.

Desde 1967 el Presidente de la Comisión Municipal de Festejos interviene decisivamente en la organización de la Semana Santa.

En la Semana Santa de 1970 hay un nuevo Alcalde y a él llegan las inquietudes de los jóvenes que desean la creación de un ente independiente, propio, exclusivo, que organice la Semana Santa.

El 12 de septiembre de 1970, las Hermandades y el Ayuntamiento acuerdan constituir la ASOCIACIÓN DE COFRADÍAS DE SEMANA SANTA DE TOBARRA. Son elegidos, por votación secreta, el Presidente y el Secretario de la misma.

En febrero de 1971 se redactan y aprueban los ESTATUTOS, contenidos en cinco Capítulos y veintiséis Artículos, incluidas siete Disposiciones adicionales.

Entre 1971 y 1984 el Presidente de la Asociación de Cofradías es designado por elección o por aclamación. Su mandato puede durar más de un año.

En 1985, y ante la ausencia de candidatos para presidir la Asociación, surge la Presidencia Colegiada, integrada por cuatro personas como co-Presidentes, varios directivos y colaboradores agrupados en Comisiones.

El 15 de Noviembre de 1985 el Ayuntamiento convoca a los Presidentes de todas las hermandades y propone un nuevo sistema de designación para la cúpula de la Asociación de Cofradías: es el llamado sistema rotatorio, que mediante sorteo designa a cada una de las trece hermandades para gestionar la Asociación por periodos anuales. Este modelo se prolongó entre 1986 y 1994. El Presidente es designado por la hermandad de turno.

El 11 de enero de 1990 la Asociación presenta en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil los Estatutos que le darán carácter jurídico. Se le asigna Código de Identificación Fiscal.

En 1994 se modifican estos Estatutos y se elabora un Reglamento de Régimen Interior. La Asamblea General aprobó ambos el 25 de Septiembre de 1994, y el «Gobierno Civil de Albacete resuelve inscribir la modificación» estatutaria el 6 de Octubre del mismo año. Se abre el Libro de Socios de la Asociación.

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En 1995 empieza a funcionar la modalidad de Ciclos Cuatrienales: durante cuatro años cuatro hermandades designarán cuatro miembros por hermandad y formarán así la Junta Directiva de la Asociación de Cofradías. El Presidente será elegido de entre los dieciséis.

El 29 de noviembre de 2002 la Asamblea General de la Asociación de Cofradías acordó nuevamente modificar los Estatutos. La inscripción se practicó en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior el 23 de junio de 2003.

En junio de 2007 comenzó a reunirse la ponencia para la redacción de unos nuevos Estatutos. La formaron catorce representantes de las hermandades y miembros de la Junta Directiva de la Asociación encabezados por el Presidente.

Así nacerían los Estatutos de la FEDERACIÓN “HERMANDADES Y COFRADÍAS DE SEMANA SANTA DE TOBARRA”, y por tanto la nueva entidad encargada de organizar y promocionar la Semana Santa de Tobarra.

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